El pasado agosto de 2020 me encerré en una habitación de hotel durante tres días, escuchando mi voz. Reflexioné sobre la libertad que disfruto como persona y como sobreviviente de una pandemia , algo que en ese momento todos íbamos pensando. Pensé en las mujeres que en esos meses se habían visto obligadas a convivir en condiciones difíciles, que no gozaban de la misma libertad que yo. Inspirándome en el mobiliario de la habitación, creé una serie de fotografías. Una reflexión sobre la condición femenina de ayer y de hoy, a través de siete escenas de la vida real.

He insertado textos para acompañar las fotos que no tienen intención didáctica, son solo asociaciones de ideas.